lunes, 4 de marzo de 2013

Más vida y miserias del ya no tan joven escritor tercermundista

Mi nuevo asalto al mundillo editorial empezó un lunes. Ya era hora, determinaron las fuerzas vivas de la nación, hace bastante tiempo de la última vez y quizá ahora caigan las defensas. En realidad, no se pareció a esto, sino a una horda bárbara que sin orden ni concierto se lanza contra un parapeto enemigo simplemente porque algo habrá que hacer antes de cenar. Le escribí a cincuenta y cinco editoriales, pero añadí otra unos días después para que no hubiera rima. Me respondieron once. Alguna se limitaba a reproducir el clásico mensaje de rechazo en el que me informaban de que tenían cerrado el catálogo para este año y el siguiente. Y los que vengan siempre que se trate de usted, les faltó añadir. Hubo una, sin embargo, que me envió una respuesta bastante extensa en la que se mostraban muy interesados en leer una novela mía. La novela, el Santo Grial, la piedra filosofal, la panacea. Valoré la posibilidad de improvisar una novela en una tarde, pero no parecía factible; ni siquiera tengo la barba de Dostoievski. Así que prometí intentarlo en el futuro, la vida es bastante larga. Casi tanto como una novela.

2 comentarios:

Microalgo dijo...

Qué manía con las novelas. Así le han hecho perder mucho tiempo (aunque ganar bastante pasta, todo hay que decirlo) a Félix J. Palma, que podría haber dedicado a escribir esos relatos que tan bien le salen.

Anónimo dijo...

Buena suerte, y ánimo con esa novela.. menos mitificarla, a fin de cuentas siempre habrá tiempo para más.