—Señora, le repito que esto es irregular.
—No creo que el reglamento especifique que el alumno ha de estar vivo para examinarse.
—Puede que no, pero sí dice que tiene que estar presente.
—Y lo va a estar, que para algo traigo la ouija.
—No sé, señora, todo esto es muy raro.
—Sea comprensivo: el sueño de mi hijo era ser abogado y sólo le falta esta asignatura para licenciarse. Y piense en lo bien que le vendrá a usted tener un amigo abogado en el mundo de los muertos. Tiene cara de haber pecado mucho.
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