De pequeño podía levitar. El problema es que dormía en una litera y siempre me golpeaba con la cama de arriba. Por la mañana, mi madre veía mi cara magullada, pensaba que había sido cosa de mi hermano y le castigaba. Yo disfrutaba secretamente con esto, pues no nos llevábamos bien. Quizá por eso perdí mi poder de levitar, ya que lo usaba para el mal.
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