jueves, 26 de enero de 2012

Modelos

—Buenos días. Quiero contratar una modelo.
—Muy bien. ¿Qué es lo que busca?
—¿Las tienen a cámara lenta?
—¿Perdón?
—Ya sabe, como en las películas.
—Todas nuestras modelos se mueven a velocidad normal.
—Qué calamidad.
—Le aseguro que es de lo más práctico.
—No para mí.
—A ver, caballero, eso de la cámara lenta puede hacerlo grabando a la modelo.
—Pero es que no tengo cámara de vídeo.
—Ah. ¿Y de fotos?
—Tampoco.
—No necesita a la modelo para una campaña de publicidad, ya veo. ¿Entonces? ¿Para una presentación?
—La necesito como musa.
—Entiendo: es usted pintor y quiere retratar a una chica bonita.
— No, soy escritor. La necesito para inspirar textos desaforados.
—¿Qué?
—Hace tiempo que no me enamoro y, claro, cuesta escribir en estas condiciones. Así que me he dicho: acude a las profesionales.
—Ninguna de nuestras modelos es prostituta.
—No me refiero a eso. Hablo de profesionales de la belleza.
—Ah. Eso sí, pero no sé qué decirle. Esto es altamente irregular.
—No sea así, piense en la posteridad.
—La posteridad nos pillará muertos.
—Sí, pero dignos.
—Si usted lo dice. Bueno, supongo que esto no perjudica a nadie. ¿Qué tipo de chica tiene en mente?
—¿Tienen alguna que recite en francés?

2 comentarios:

Microalgo dijo...

Me quedo con lo de que la posteridad nos pillará muertos, si me lo permite.

Endeudao dijo...

Y que recite Baudelaire...