—He decidido dejar atrás por fin la ficción y dar el salto de escribir una historia verídica.
—Eso está bien. ¿Qué cuentas? ¿Algo autobiográfico?
—Sí. Hablo de lo nuestro, de nuestro amor.
—Vaya.
—¿Qué?
—Pues que no has dado todavía el salto a la no ficción.
—¿Cómo dices?
—Que yo nunca te he querido. Me casé contigo porque se decía que tu talento era un valor seguro. Se suponía que ibas a triunfar. Quién iba a imaginar que la ficción era algo tan ingrato.
—Ya. No como la realidad, claro, que es mucho más satisfactoria.
3 comentarios:
Ironía, un toque de comedia y un trasfondo real.
jijij, que dolorosa realidad. muy agudo
Jajajajaja
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