Suena el teléfono, pero el señor López no contesta. Esto es algo que ha decidido hoy, de forma repentina, para proteger su intimidad. No contestar el teléfono, que bien podría estar pinchado por su ex mujer o por agentes de un refundado KGB. No quiere revelar detalles de su vida privada, aunque tiene que reconocer en la soledad de su casa que su vida privada es bastante aburrida. De hecho, tendría que inventarse una vida privada que contar. Y a lo mejor quien llama no quiere escucharla. Es por eso que no contesta el teléfono, decide finalmente.
4 comentarios:
¿Y si resultara ser una voz bonita que llegase a demostrarle que su vida es más interesante de lo que cree?
Pero y si resulta que es uno de esos vendedores pesados. Yo creo que hace bien en no cogerlo.
Yo a veces tampoco cojo el teléfono. Simplemente porque no me apetece hablar con nadie en segñun qué días...yo le entiendo al señor López.
un abrazo
Pues a mí me puede siempre la curiosidad. Y bueno, la curiosidad es mi trabajo.
Publicar un comentario