Un campo de batalla. Dos soldados parapetados tras unos sacos de arena.
SOLDADO1: ¿Qué hora es?
SOLDADO2: Las seis.
SOLDADO1: ¿Y el enemigo?
SOLDADO2: Se retrasa.
SOLDADO1: ¿Es que acaso no saben que eso es de mala educación?
SOLDADO2: Yo creo que les da igual; del enemigo no se puede esperar nada bueno.
SOLDADO1: Cuanto antes vengan, antes terminaremos.
SOLDADO2: ¿Es que tienes prisa?
SOLDADO1: He quedado luego con una chica.
SOLDADO2: ¿Es guapa?
SOLDADO1: Mucho. Me espera bajo una farola.
SOLDADO2: ¿Es prostituta?
SOLDADO1: ¿Qué pasa, es que no puede ser como Lili Marleen?
SOLDADO2: ¿Es como Lili Marleen?
SOLDADO1: No. Es prostituta.
SOLDADO2: Ah.
Entra el SARGENTO.
SARGENTO: ¡Soldados! ¿Y el enemigo?
SOLDADO1: Se niega a presentarse, mi sargento.
SOLDADO2: A lo mejor es que hemos ganado la guerra, señor.
SARGENTO: O a lo mejor hemos sido copados y no lo sabemos. Soldado1, eres voluntario para ir a explorar.
SOLDADO1: Perdone el atrevimiento, mi sargento, ¿pero cómo que «Soldado1»? ¿Es que no tengo nombre?
SARGENTO: No, no hay presupuesto.
SOLDADO1: ¿No hay presupuesto para que tenga nombre?
SARGENTO: Correcto. Habría que pagarle al autor para que te pusiera un nombre y eso cuesta dinero.
SOLDADO2: Un momento, ¿significa eso que yo tampoco tengo nombre?
SARGENTO: Claro que lo tienes: eres el Soldado2.
SOLDADO2: Eso no es un nombre de verdad.
SARGENTO: Pues no hay otra cosa.
SOLDADO1: ¿Y si nos inventamos nosotros unos nombres?
SOLDADO2: Yo siempre he querido llamarme Torcuato.
SOLDADO1: No suena demasiado heroico.
SOLDADO2: ¿Acaso se te ocurre uno mejor?
SOLDADO1: Wenceslao.
SARGENTO: ¡Basta! Soldado1, sal a explorar.
WENCESLAO: Llámeme Wenceslao, mi sargento.
SARGENTO: Como quieras, pero sal a explorar.
WENCESLAO: Es que he quedado luego, mi sargento. Creo que Soldado2 sería mejor voluntario para explorar.
TORCUATO: Torcuato.
WENCESLAO: Perdón: Torcuato.
SARGENTO: ¿Qué es eso de que has quedado? ¿Es con un familiar?
WENCESLAO: Prácticamente.
TORCUATO: Pues como no sea tu madre… Ha quedado con una prostituta, mi sargento.
WENCESLAO: ¡Traidor!
SARGENTO: Eso cambia la cosa, está en juego el honor del ejército: un soldado nunca falta a su cita con una prostituta.
WENCESLAO: ¡Ja!
TORCUATO: Mierda. Entonces me toca explorar a mí, ¿no?
SARGENTO: En efecto.
El SOLDADO2 (o TORCUATO) sale.
WENCESLAO: Gracias, mi sargento.
SARGENTO: Era mi obligación, no podemos permitir que la guerra nos haga olvidar los valores que nos conforman como sociedad.
WENCESLAO: Cierto, que la guerra desune a los hombres.
SARGENTO: Sobre todo si te cae un obús encima, que te desune en pedazos.
Entra TORCUATO (o el SOLDADO2) llevando como prisionero a un SOLDADO RUSO.
TORCUATO: ¡Mirad lo que he encontrado!
WENCESLAO: ¡Un soldado enemigo!
SARGENTO: Lleva uniforme ruso. ¿Estamos en guerra con Rusia? No lo recuerdo.
TORCUATO: A mí no me pregunte, que soy un soldado raso. Pero el caso es que estaba en una trinchera durmiendo de forma sospechosa.
WENCESLAO: ¿Cómo se duerme de forma sospechosa?
TORCUATO: Dormía mal, como si no tuviera la conciencia tranquila.
SARGENTO: Bien hecho, soldado: seguro que es un criminal de guerra, no hay más que verle la cara.
SOLDADO RUSO: Oiga, sin faltar.
SARGENTO: Calla y responde sólo cuando se te pregunte, prisionero. ¿Dónde está tu unidad?
SOLDADO RUSO: Eso quisiera saber yo ahora.
SARGENTO: ¿Es que has desertado?
SOLDADO RUSO: Creo que han desertado ellos. Quería echar una cabezadita y he despertado abandonado por mis compañeros y encañonado por Torcuato.
SARGENTO: ¿Cómo que por Torcuato? Torcuato, ¿es que ahora le dices tu nombre al enemigo?
TORCUATO: Perdón, mi sargento, ha sido por la alegría de estrenar nombre. Además, me pareció de buena educación.
WENCESLAO: Muy mal, hombre, al enemigo no se le puede contar nada; son las normas.
SOLDADO RUSO: ¿Puedo yo acogerme a esas normas y guardar silencio?
SARGENTO: Podrías, pero entonces nosotros tendríamos que acogernos a las normas de sacarte la información a golpes.
SOLDADO RUSO: En ese caso, hablaré, que estamos entre caballeros.
SARGENTO: Bien. ¿Qué es eso de que han desertado tus compañeros?
SOLDADO RUSO: Se hablaba algo de una revolución en la patria. Yo creo que no han querido perdérsela.
SARGENTO: Eso es muy poco profesional.
SOLDADO RUSO: Bueno, es sólo una teoría.
TORCUATO: A lo mejor han quedado todos con la prostituta de Wenceslao.
WENCESLAO: ¡Eh!
TORCUATO: Es sólo otra teoría.
SARGENTO: Creo que vale la pena investigarlo. Wenceslao, iré yo en tu lugar a ver a la prostituta.
WENCESLAO: ¿Qué? ¿Cómo? Pero…
SARGENTO: Vosotros dos quedaos aquí, por si se trata de una maniobra de diversión del enemigo.
WENCESLAO: Sí, diversión es la que va a tener usted, a mi costa.
SARGENTO: Y vigilad al prisionero.
Sale el SARGENTO. WENCESLAO se sienta en el suelo, abatido.
TORCUATO: ¿Cómo te llamas, prisionero?
SOLDADO RUSO: Boris.
WENCESLAO: Bah, qué nombre tan típico.
Telón.
3 comentarios:
Jajajajaj excelente. Este blog es genial !!!
Como los monólogos de Gila.
Eso de que duerme mal por que no tiene la conciencia tranquila estámuy bien.
Qué buen blog éste !
Llegué leyendo otro blog tuyo !
Te sigo y te enlazo asi te tengo a mano!
Yo estoy en:
Mujer con ojos de ayer!
www.mujerconojosdeayer.blogspot.com
Un beso o 2 !
Estaré seguido por aquí !
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