Yo ya no tengo tiempo para malabarismos, aunque esto lo desmientan los hechos, los hechos aparentes. Es verdad que me embarco siempre en los espectáculos del pasado, como un artista que es incapaz de retirarse, pero son las circunstancias, son las circunstancias las que me obligan a subir al escenario una y otra vez para representar los mismos monólogos, intentar el más difícil todavía y declamar con voz grave mientras realizo un doble mortal hacia atrás sin que se derrame el agua del vaso que sostengo en una mano.
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