jueves, 4 de marzo de 2010

El mundo como realidad

Y ella repite que hay otra realidad, pero dónde, pregunto yo, dónde está esa otra realidad. Y ella me observa con rostro serio y me pide que no mire esta noche debajo de la cama. Y yo, claro, al principio obedezco, pero me tiene intrigado con esto y no consigo conciliar el sueño. ¿Qué habrá debajo de la cama? ¿Un cadáver? ¿Un monstruo que me arrastrará a la oscuridad? La vieja pesadilla infantil. Así que al final miro debajo de la cama y no encuentro nada, sólo polvo y unas zapatillas viejas. Cuando se lo cuento a la mañana siguiente, se ríe y me dice que no entiendo nada, que precisamente la idea era que no mirara debajo de la cama.

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