sábado, 26 de diciembre de 2009

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Poemas en morse para marineros solitarios, era el título, un tanto homosexual, del primer poemario del marino Benicio Castrales. Siempre le había gustado la poesía, pero en un mundo tan rudo y tan propenso a la sodomía como la marina mercante era difícil admitirlo. Tuvo su epifanía poética cuando unos piratas somalíes secuestraron el barco. Pensó: «se cierra el círculo: Rimbaud dejó la poesía y vino a esta parte del mundo a vender armas; yo ahora escribiré poemas».
Pero qué sabía él en realidad de versos, pensó al volver a puerto. Qué sabía él de métrica, de rimas asonantes y consonantes. Todo era tan complicado y había ya tantos poetas dando la lata en los bares. ¿Cómo ser distinto y a la vez poeta universal? La solución no la encontró en el alcohol, pero casi: fue en una camarera, que le guiñaba siempre «fóllame» en morse. Eso es, se dijo, poesía en morse, que es mucho mejor que escribir en esperanto. Mensajes cifrados para enamorados. Poesía secreta escrita en puntos y rayas que puede ser taconeada en público o pestañeada a alcohólicos por una bella camarera. .--. .- .-. .- / -. .- -.. .. . / -.-- / .--. .- .-. .- / - --- -.. --- ... .-.-.-

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