miércoles, 25 de febrero de 2009

Secuencias

Recuerdo un día de otoño. Estábamos en la ducha y nos abrazábamos para combatir el frío, pues no había agua caliente. Yo la enjabonaba a ella, ella me enjabonaba a mí. A mí se me puso dura con tanto roce, ella se arrodilló y empezó a chupármela dulcemente, como sólo lo hace una chica que te quiere. Luego nos secamos el uno al otro y fuimos a la cama. Después del sexo, estábamos besándonos y acariciándonos cuando de pronto se echó a llorar. Su explicación fue: «es que eres muy cariñoso conmigo». Puede que la vida fuera todo eso.

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