Si tiemblo es por frío, no te equivoques. Un frío en los huesos que quisiera quitarme contigo, que siempre rehúyes mi compañía. Me obliga este deseo de vivir que me acompaña a todas partes. Pero puede que sepa desde hace mucho que esta enfermedad de días sin ti no va a desaparecer. Deliro y agonizo en mi febril estado. Quizás por eso me parece que tus pezones no han dejado de mirarme en toda la noche.
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