miércoles, 23 de enero de 2008

Un pequeño error

Todo comenzó con un pequeño error. Acababa de publicar mi última novela, que, al igual que las anteriores, estaba destinada a pasar totalmente desapercibida. O eso pensaba, porque un error de impresión me convirtió de la noche a la mañana en la nueva estrella de las letras españolas. El error fue que en la portada no aparecía como Claudio Martínez, que es mi nombre, sino como Claudia Martínez. De pronto se hablaba en todas partes de esa escritora que deslumbraba con su primera novela y que tan bien entendía la psique masculina. Mi novela se convirtió en un éxito de ventas, la crítica estaba entusiasmada, y los medios de comunicación llamaban a mi editorial para saber más de mí (o de ella, para ser exactos). Tras hablar con mi agente y meditarlo mucho, tomé la decisión más valiente: me sometí a una operación de cambio de sexo y abracé la gloria literaria que me había ganado.

No hay comentarios: