Tú tienes una imagen muy idealizada de ella, te crees que es una chica inocente, pero las niñas guapas no son inocentes mucho tiempo, dijo ella. Pues yo me niego a creerlo, repuso Chema (que así se llamaba nuestro héroe), ella es bella y de corazón noble como sólo podría serlo un espíritu de mi imaginación. Sí, eso mismo, contestó ella. Él no respondió a esto, pero volvió a odiarla y se prometió que esta vez sería para siempre.
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