lunes, 11 de septiembre de 2006

De la vida

Ah, España, esa enfermedad incurable; ah, Andalucía, ese malestar crónico; ah, Málaga, la peste negra...

Qué bonito es estar borracho, repetíamos, orgullosos de nuestra juventud. Casi tanto como estar enamorado y mucho más fácil. Todos queremos que se vuelvan locas de deseo por nosotros, claro, por supuesto, por qué no. Y que nuestra amada no piense nunca en otros. Y no parecernos a nuestros padres. Y ser los primeros en hacer las cosas bien.

"Oh, Míchel, cuando pienso en ti sólo te encuentro defectos, pero te quiero tanto..." y otras frases de amor.

Qué bonito es estar borracho.

No hay comentarios: