lunes, 7 de agosto de 2006

El rey de la montaña

Ayer, pues escribo esto a las cuatro y pico de la mañana de un lunes, salí a mi terraza, miré las tierras en derredor y me sentí satisfecho, como si fuera a heredar el planeta entero. Culpé de ello al calor.

No hay comentarios: