Mi vida es ahora una vorágine de emociones y aventuras.
Estaba paseando al perro cuando pasó una chica guapísima en moto y por poco soy yo el que tiene un accidente.
Luego fui a recoger el correo, pero nadie me había escrito. Al volver a casa, una niña pequeña me saludó tres veces, luego echó a correr a mi lado, me preguntó mi nombre y finalmente dictaminó: "llevas coleta como una niña".
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