martes, 14 de marzo de 2006

Vida y miserias del joven escritor tercermundista

Capítulo 739.

Ayer por la mañana entregué los dos relatos para Málagacrea2006, que ahora competirán en traje de baño y regional por el cariño del jurado y con un poco de suerte me conseguirán el título de Mister Simpatía. Es un concurso del que cuesta un poco fiarse, ya que en "el sobre sellado sin identificación" meten los relatos y la documentación -y ésta no va dentro de un sobre aparte-, de forma que nada más abrirlo se va a tomar por culo el anonimato. Claro, yo confío en que sean buenos cristianos y se limiten a leer el relato sin confirmar si el nombre del aspirante al título de los pesos medios literarios coincide con el de algún amigo.

Por la tarde fui a Benalmádena a recoger el relato que presenté en su día a otro concurso de ganado. Por norma general, los relatos no ganadores se destruyen, pero en las bases de este concurso venía especificado que los autores debían recogerlos antes de tal día de abril o pasarían a ser expropiados por el Ayuntamiento y utilizados luego en rituales satánicos. Lo sorprendente del caso es que en tres de las cuatro copias del relato (había que presentarlo por cuadruplicado) habían anotado algunos comentarios, como si se tratara de un trabajo del instituto. Los comentarios eran los siguientes:

- NO. El barco en la cabeza. Ingenioso, pero no calidad literaria. Es como un chiste.[Ya saben, lo gracioso es bobo]

- No es mi estilo, aunque la lucubración* está bien llevada. [*Creo que pone eso, pero tiene letra de médico]

- Muy bueno (el que más me gusta). ¡¡Imaginación!! [Con este me iría a la cama]

Y este es el maravilloso submundo de los concursos literarios de segunda. Apasionante, ¿verdad?

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