viernes, 10 de marzo de 2006

The saddest story ever told

Querida mía, he advertido que tengo la malsana costumbre de escribirte las mismas cosas desde tiempos inmemoriales. Si cogiera alguna de las cosas que te escribí hace siete años -allá por la última glaciación- y la hiciera pasar por algo "recién salido de fábrica", nadie se daría cuenta. Posiblemente, ni siquiera tú.

Estoy sentado en actitud contemplativa pensando que tus ojos son más grandes que mi odio...

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