lunes, 26 de enero de 2009

Demonios

«Quiero que te pongas las medias de mi difunta esposa», le pide con ojos llorosos a la prostituta. Vaya, otro cliente raro, se dice ésta antes de ponérselas. «María», dice el cliente cuando la ve pasearse por la habitación. Después se abalanza contra ella, la tira en la cama, la sujeta, la penetra violentamente, empieza a golpearla, rodea su cuello con las manos y aprieta hasta que la prostituta muere por asfixia. Hecho esto, se aparta los cabellos ralos de la cara, se sube los pantalones, le quita las medias a la muerta y se marcha. Exactamente como las seis veces anteriores.

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