jueves, 10 de enero de 2008

Fingidor

Me presento en todas partes como el hombre que fui, aunque hace mucho que no lo soy. Supongo que se lo llevó alguna historia romántica que ya casi he olvidado. Aquella chica que pedía vino blanco en las hamburgueserías, por ejemplo. Quizás el hombre que fui malvive ahora en su trastero, junto a docenas de objetos viejos. O quizás sigue esperando bajo la lluvia, frente al teatro, a una bailarina que se retiró hace años. Es imposible saberlo. Pero yo digo a todos que soy aquel hombre. El parecido es innegable, en cualquier caso.

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