lunes, 23 de febrero de 2004

Poema

El telefonista está montado en un caballo negro
para interceptar un giro postal.
Las nubes intentan levantarte la falda
o puede que sea yo, no sé.
Me siento en posturas incómodas para recordar que estoy vivo
y que tengo deudas pendientes con tu cuerpo.
De esto sabían algo los poetas, pero
William Blake me roba los zapatos.

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