—Cariño, voy a pasarme por el supermercado, ¿has escrito la lista de la compra?
—No he podido, estoy bloqueado.
—¿Qué?
—No se me ocurre una trama consistente. No hay tensión al pasar del aceite a los tomates. Ni desarrollo de los personajes.
—¿Pero qué dices? Creo que te tomas demasiado a pecho lo de tu carrera literaria: es una simple lista de la compra.
—Yo soy un artista; no sé trabajar por encargo.
2 comentarios:
Y yo ni de motu proprio...
Encomiable.
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