Bien pertrechado de penicilina y otros antibióticos, viaja al siglo XIX para follar a pelo con todas las desconocidas que quiera. No tiene que preocuparse del sida, que no existe, ni de cambiar el futuro con embarazos no previstos, pues tiene la vasectomía hecha. Sin embargo, no puede evitar pensar que esas mujeres con las que folla están muertas en su presente. Esto es necrofilia, piensa, ¿pues qué es la realidad sino el presente de cada uno? Y no puede evitar un gatillazo tras otro.
1 comentario:
Maldito córtex... hay que follar con el cerebro reptiliano, que ese no falla nunca.
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