jueves, 14 de junio de 2012

La esquina

—Señorita, deténgase un momento. ¿Sabe una cosa? En esta esquina ambienté una parte crucial de mi novela.
—Es lógico, porque una esquina es un cruce.
—No, no me refiero a eso con lo de crucial.
—Tengo que preguntarlo: ¿Y por qué una esquina? ¿Es que su novela va de prostitutas?
—No todas las mujeres que esperan en una esquina son prostitutas.
—Yo lo soy y aquí me tiene.
—Ah, eso facilita las cosas más todavía. Porque yo podría ambientar en esta esquina mi segunda novela, ¿sabe? Y podría salir usted. Sería inmortal. Sólo tendríamos que acostarnos. Un poco. Lo suficiente.
—No está la vida como para hacer descuentos por inmortalidad, cariño.

5 comentarios:

Marc Verlén dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Marc Verlén dijo...

""Si me quieres tener
me tendrás que pagar",
me espetó sin dejar de mascar."

Un saludo.

Microalgo dijo...

Buen intento, Flanaghan.

Lola Valero dijo...

Jjajaj...ay, lo que hay que hacer a veces por un triste polvo... ¡Se las saben todas!
Saludos!

Advenedizo. dijo...

deberías salir de la ciudad. Aquí el ambiente está más viciado que en los mercados.