Yo la quería por motivos un tanto peculiares. El hecho de que traicionara a otros por mí, por ejemplo. Me parecía algo totalmente novedoso, piensa que yo estaba habituado a lo contrario. Pero ella siempre estaba dispuesta a tener un encuentro furtivo conmigo. Nuestra complicidad no era una simple forma de hablar, sino algo literal.
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