Imagino a menudo a los críticos como jueces de un tribunal de apelación que decide los libros que mueren y los que viven. Expedientes que cuentan con una alta recomendación: merece la luz del sol, que este título sea reivindicado. Expedientes que ni siquiera ojean: que perezca en el olvido, carece de interés su caso. Y los veteranos del penal siguen aferrados a la tonta esperanza de que se haya traspapelado su expediente.
1 comentario:
Pueden ir a otro sitio, ¿o es así para todos?
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