Ya está, no pudo ser, dijo él. Nuestro amor se ha desplomado en la bolsa. Ahora declaramos la bancarrota y nos repartimos los restos del naufragio. Empezaremos de nuevo, pero lejos del otro, claro, y todo esto no será más que un leve recuerdo, una pequeña intentona que salió mal, sin más. La culpa fue tuya, que me hiciste soñar que éramos otras personas, respondió ella.
2 comentarios:
La culpa siempre es del otro.
Eh, que lo digo sin ironía.
A mí lo que me gustaría saber es qué es salir bien el amor.
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