Hay una sombra en mi vida y eres tú, me dice. Qué trágica te pones, le contesto yo. ¿Ves?, responde, no entiendes mi dramatismo, no me comprendes: yo sólo me siento viva cuando me dejo llevar por mis demonios. Tú crees que me haces un favor cuando me ayudas a contenerlos, pero no es así: no es sano, me hacen daño por dentro. Yo necesito soltar las riendas y que corran desbocados hasta que se agoten, aunque arrasen todo a su paso.
3 comentarios:
Llevo quince minutos intentando escribir un comentario, pero todo se queda minúsculo.
Lara.
BUENO SI ARRASAN CON TODO SIEMPRE QUEDARA LA CAMA PARA RECUPERARSE DE LAS HERIDAS
Pues elige una dirección, que yo me quitaré de en medio.
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