Uno se acuesta convencido de despertar a la mañana siguiente. La función continuará otro día más, pensamos. Pero realmente no hay garantías. Uno podría morir durante el sueño y no abrir nunca más los ojos. Quizá los perros sean más sabios que nosotros en esto, pues siempre despiertan llenos de alegría, como sorprendidos de seguir en el mundo.
Sería la mejor manera de morir, no me diga que no. Esa, o que a uno le parta un rayo. Imagínese: PRTXXSS y ya. Y encima te lo manda algún dios, así que negocio redondo.
ResponderEliminar