martes, 26 de junio de 2012

Todos tenemos que morir

Todos tenemos que morir, dice un señor con bigote que está sentado junto a nuestra mesa, pero yo discrepo. No me gusta la muerte, le digo, me parece un estado vital de lo más antipático. Y poco productivo: qué es eso de estar inmóvil bajo tierra. No, mi mujer no me permitiría jamás ese tipo de vagancia; ni siquiera soporta verme tendido en el sofá. Quizá aceptaría que me muriese los fines de semana, pero tampoco me atrevo a asegurar esto.

3 comentarios:

  1. "Un estado vital de lo más antipático", genial. Inoperatividad nefasta. Subsitio que no subsidio.
    Muy bueno.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Es que ni debajo de tierra lo dejan descansar en paz a uno, las mujeres.

    ResponderEliminar
  3. Muchos se escudan tras su mujer para no hacer las cosas que les disgustan
    :-)

    ResponderEliminar