Sí, así era yo: una pura idea. Pero me he cansado. Me he aburguesado, aunque esto sea una forma de hablar, pues lo mío es más de lumpemproletariado. Me he dejado llevar por todo esto que no controlo. Han ganado otros, han tomado el mundo mientras yo me engañaba con quimeras improvisadas. Me quedan los recuerdos, dice una voz, aunque mis recuerdos son una casa embrujada en la que deambula únicamente el fantasma del hombre que ya no soy. Pero dejo ya los sueños de juventud y me voy a dormir.
Lo único que nos queda a los lunáticos es enfrentarnos al espejo bajo la luz de una vela negra. Entonces aparecerá el Otro en el reflejo. Entonces el Otro nos planteará los cuatro acertijos.
ResponderEliminarOjalá sepamos contestar correctamente.
Píntate sobre el espejo como quieras ser. Yo no lo he intentado, pero igual funciona, no?
ResponderEliminarUn saludo.
Reitero mi comentario en el post anterior.
ResponderEliminarPues sí siempre ganan los otros, las otras, la masa y yo siempre soy la que se queda con la ilusión que la luna sonria para mi, y me haga un guiño... los días que soy consciente que soy una lunática quiero dormir para no enfrentarme a lo que ven los otros al mirarme...
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