Eso de ahí es la puerta del Parnaso y lo que hay junto a ella es el portero, que no tiene mi nombre en su lista, a pesar de que yo juro y perjuro que merezco entrar, que se celebra una fiesta en mi honor, una fiesta secreta, tan secreta que no lo sabe nadie, ni siquiera los invitados.
Cuélese por una ventana. Es lícito, mientras no le pillen.
ResponderEliminarFelicidades, a todo esto.