El domingo dos de febrero viajamos a Roma y todo salió sorprendentemente bien. Nada de colas ni aglomeraciones, nada de retrasos ni incomodidades. Los hados estaban de nuestra parte e incluso pudimos visitar gratis los Museos Capitolinos. Cuarenta y ocho horas para desayunar en un pequeño café junto al Tíber, pasear por el Trastévere, comer pasta y pizza todo el rato y fotografiar ruinas milenarias.
Me fascina viajar
ResponderEliminarLo bueno de no ir en verano. Un saludo
ResponderEliminarEstá claro que tuviste suerte. Parece que ahora hay mucha gente en muchas partes :O
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