—Es terrible cumplir años.
—Bueno, en realidad eso depende de la edad que se cumpla.
—¿Te parecen poco treinta y uno? ¿No te das cuenta de lo que supone esto? Demuestra que la treintena va en serio, no era un simulacro.
—¿Cómo iba a serlo?
—Pensaba que sólo pretendían asustarme un poco antes de devolverme al terreno conocido y acogedor de la veintena. Pero no. Envejezco de forma inexorable.
—Qué exagerada, todavía eres muy jovencita.
—Antes de que me dé cuenta tendré tu edad.
—No sé cómo tomarme eso.
Ira qué dos...
ResponderEliminar