El calor, la sed, las ventanas abiertas en un intento inútil de refrescar la habitación, que se llena del olor a tabaco de algún vecino que fuma. Las posibilidades de morir aumentan: si no es por deshidratación, lo será por cáncer de pulmón. Me pregunto si podría cargarme al vecino con la excusa del calor, alegar que perdí la cabeza por las altas temperaturas y no sabía lo que hacía. Es algo muy normal, señor juez, piense usted en las personas que se pierden en el desierto.
Cierto es que cuando nos perdemos cabalgamos en tu todo vale casi embriagador.
ResponderEliminarUn saludo Gabriel!
Ponga "La Pasión Según San Mateo" a toda hostia, para hacerle ver al vecino su descontento. Pero no la de Richter, que dura menos. La versión de Gardiner, que dura más de tres horas.
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