Muero y me dirijo a la luz mientras suena música de mariachis, como si la muerte fuera una fiesta mexicana. Ando hacia la luz, que es como un foco gigante de la Gestapo dirigido a mi cara, y me pregunto cuánto costará esto ahora que el precio de la electricidad ha subido, y la luz comienza a parpadear como si me dijera algo en morse, pero no es eso, sino que de pronto gira a la derecha y desaparece de mi vista.
Morirse... será así de luminoso ?
ResponderEliminarUn beso o 2 !
Efectivamente, Gabriel, la muerte es una como una fiesta mexicana. Salvo para los mexicanos; para ellos no suenan mariachis, sino reggetón.
ResponderEliminarEso no era que moría señor autor, eso era que saliendo de alguna fiesta ha quedado usted a media calle y un auto casi le ha atropellado...suele suceder....
ResponderEliminarUmmm me esperaba más de la entrada porque pensé que iría por otro lado...
ResponderEliminarLa historia es como que busca engañar pero es demasiado evidente, las imágenes que transmite lo deja muy claro, está bien descrita ;)
No pienses tanto, Lenina, que no es lo tuyo.
ResponderEliminarHaya paz.
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