Tome aire y quéjese. Las cosas pueden ser siempre mejores y el autocuidado empieza por sentir que uno merece más (alguien se lo debe, ya descubriremos quién).
Y todo este esfuerzo para qué, se preguntaba mientras todo se desmoronaba a cámara lenta (para que uno pudiera apreciar bien los detalles de la catástrofe).
Quizás lo más sensato era llevar a cabo una buena preparación ante un desafío, pero también había que admitir que así resultaba menos interesante la vida.
El nomadismo impuesto es huida, no hay ninguna necesidad de romantizarlo. Qué importa el valor estético de los más hermosos paisajes cuando la mirada está anclada en el ayer.